jueves, 10 de noviembre de 2011

Un pequeño tesoro verde

Por, El gran mago Jenkins
No sé muy bien la razón. Este es uno de los libros que necesito tener cerca. Es uno de esos caprichos que uno tiene y que le sirven para controlar, desde la fantasía, los problemas, a veces demasiado reales de la realidad. Es un libro con tres historias. Las tres me gustan. Las tres las he leído infinidad de veces. Y no me canso. Recuerdo que me lo compraron mis padres una vez que fuimos de compras a un centro comercial cuyo nombre no recuerdo. Lo que si recuerdo es la emoción que me causó tenerlo. Tan poca cosa, tan verde, con esas hojas de adorno y las letras amarillas con formas medievales. Tolkien está condensado en estas páginas. En muchos casos creo, no soy un experto, que es el Tolkien real, el más cercano, el amante de los árboles y de la vida tranquila el que escribe estas líneas. Me doy cuenta de que quizá estos relatos eran para él un descanso, un testamento, un capricho. Me lo imagino como a Bilbo, sentado en su sillón escribiendo con una sonrisa en la boca. Es una hoja del gran árbol que es su obra, pero una hoja maravillosa, con mil matices de verde, dispuesta a darnos todo si nos paramos unos minutos a mirarla. Ojalá disfrutéis estos relatos. En los tiempos de los libros electrónicos es bueno seguir comprando algún libro que nos sirva para tocar, de verdad, la fantasía.

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